miércoles, 12 de agosto de 2009

.Nicolás.

A mis 20 años, después de tanto y tan pocas cosas vividas, puedo decir que creo conocerme mejor. Reconozco en que tipo de situaciones funciono y en cuales no. Mis miedos, mis traumas, las cosas que me hacen reír, lo que me gusta, lo que no, y lo que no se: probarlo para saber si si o si no. 

Como muchos no estoy muy seguro de que es exactamente lo que busco en mi vida, pero hay un tema en especial en el que no dejo de pensar y analizar cada día. 

Dicen que las cosas que nos pasan en la infancia nos marcan para siempre y yo estoy de acuerdo con esa teoría. 

Cuando era niño me costaba mucho hablar con los niños de mi edad. Cuando llegaba en las mañanas a la escuela sentía miedo, náuseas, quería salir corriendo y regresar a casa a que Mamá me prepare los hot cakes que solo ella sabía hacer y quedarme viendo caricaturas perdido entre las sabanas de su cama protegido por ese olor que extraño, busco y nunca he vuelto a encontrar...

En la escuela en la que estaba solían hacer una especie de ritual el primer día de clases de primero de primaria. Los padres venían con sus hijos, entraban al salón de clases con ellos y la maestra se encargaba de que padres e hijos 'socializaran' y que a través de los juegos los niños perdieran el miedo, se hagan amiguitos y por fin los padres puedan dejarlos para dar comienzo al primer día de clases. Cuando los padres se iban despidiendo y prometiendo que regresarían por ellos unas horas mas tarde, algunos se quedaban muy tranquilos y felices de ver a otros 30 pendejitos para poder jugar o golpear. Otros lloraban, gritaban y pataleaban para que sus padres no los dejaran. Yo era de los que lloraban, solo que al pasar unos 10 minutos, todo mi grupo de llorones dejo de llorar, yo seguí  llorando sin parar, muerto de miedo, sintiendo que todos me miraban y eso me hacia temblar y llorar mas. 

Hasta que se acerco Daniel, en ese momento no sabia su nombre obviamente, se acerco me dio la mano y dijo 'Hola soy Dadiel' (por que así pronunciaba su nombre, decía 'Dadiel' no Daniel)  y deje de llorar, pero no de temblar.

A lo que voy es que hasta el día de hoy le tengo pánico al nerviosismo, al no poder controlar mi cuerpo en una situación que me pone nervioso, odio temblar, odio que mi voz se ponga mas pesada y me raspe la garganta cuando alguien que me intimida me habla, odio que me intimiden, odio que me tomen fotos en publico y mi sonrisa se deforme del nerviosismo... si me entiendes no?

.Lucía.



Hace mucho tiempo no tocaba este tema. No me gusta hablar de esto. Siento que va a regresar de nuevo, o que al mencionar su nombre, aparecerá otra vez...

Si llevo coche no puedo regresar a mi casa mas tarde de las 9 y media. Trato de evitar las luces rojas de los semáforos por que si me topo con una, empiezo a sudar sin parar.  Los policías me dan miedo.  No puedo entrar a discotecas.  Ya se, soy una loca de mierda y le tengo miedo a todo...

Hace tiempo no hablaba de esto por que cuando conocí  a Fabricio, y después de un tiempo nos hicimos novios, todos estos miedos parecían estar sedados ya no por las pastillas si no por que Fabri estaba conmigo. Pero ya no esta...


Yo tenía 16 años y el 26. Era la primera vez que un chico me invitaba a salir. Nunca fui la chica bonita y popular. Todo lo contrario estaba un poco.. bueno no un poco, estaba gorda,  tenía una ceja y digamos que saber vestir 'sexy' o 'de moda' nunca fue lo mío.

 El había estado en una escuela militar, era alto y guapo y me encantaba su nombre: Guillermo. Era hermano de un chico de mi salón y siempre lo venía a recoger en las tardes al final de clases. Un día me lo cruce en la salida y me invito a salir. Chiara, mi única amiga me dijo que seguro era una broma pesada y que no debía ilusionarme tanto, pero ese Viernes a las 9 y media en punto estaba en la puerta de mi casa en su coche nuevo.

Me llevo a cenar a un restaurante super elegante y romántico, cuando terminamos de cenar  pedimos un postre y lo comimos entre los dos y fue ahí donde me dijo esto no debería ser lo ultimo que compartamos, yo me quería morir.. estaba esperando que el anillo este enterrado entre todo ese helado de vainilla....por supuesto eso nunca paso, cuando tenemos 16 somos tan inocentes...

La cosa es que él pago la cuenta y nos fuimos. Me dijo que me quería llevar a un lugar que me iba a encantar. Me acuerdo que manejó casi por 40 minutos y no dijo mucho pero empezó a fumar, prendió la radio y la subió a todo volumen, hasta que por fin llegamos a un parque en el medio de la nada,  se estacionó y me dijo: Esta bien este lugar o preferes un hotelito?. Si supe a lo que se refería y le dije que era muy pronto para eso.. se acercó y me besó, le devolví el beso pero despues trato de meter la mano con fuerza entre mis piernas y no dejaba de pasarme la lengua por la cara, le dije que se detenga, pero seguía, me estaba lastimando hasta que le di un golpe en la cara y le dije que me suelte. Por fin me soltó, le cambió la cara completamente y me dijo: No sabes con quien te metiste. Esto no termina acá..... 

Mientras hablaba, yo trataba de encontrar el celular que estaba en mi bolso y cuando por fin lo encontré, se dio cuenta me golpeo en la cara y salió del coche dejandome encerrada en el...

Llamé a mi abuela y le dije lo que paso, me dijo que rompa las ventanas y que saliera pero no tenía ni idea en donde estaba y eso me dio mas miedo. Pasaron dos horas y el regresó, le dije que mi abuela sabía todo lo que estaba pasando y que tenía  dos opciones: llevarme a mi casa o dejarme salir. Comenzo a insultarme, y me dijo que esto no se iba a quedar asi... 

Por casi 2 años estuvo siguiendome a donde sea que fuera. Si iba al cine con mis amigas el estaba en el asiento de adelante. Si cambiaba mi numero de celular volvía mandarme mensajes asquerosos al nuevo y así fue durante todo ese tiempo...

Durante esos dos años estuve prácticamente encerrada en mi casa, tomando las pastillas que la psiquiatra me receto para controlar los ataques de pánico.

Quise hablar de esto por que, regresando de casa de mi mejor amigo Nicolás poco antes de que den las 9. Me tope con un semaforo en luz roja, comence a sudar pero luego recorde lo que le dije a Nico ( 'Serías mi tipo ideal si no fuera por que te gustan los chicos! desgraciado!') me reí sola y cuando levante la mirada ya estaba en luz verde.

martes, 11 de agosto de 2009

LucíaNicolásGabrielaDaniel?

Cuando estoy ausente con la mirada perdida, mirando hacia un punto fijo, me preguntan: En que pensabas? Usualmente respondo: Nada... (Mentira! estoy pensando en mil cosas).
Cuando me subo a un taxi y este empieza a avanzar, automáticamente bajo las ventanas dejo que el viento sople mi cara y dejo a mi imaginación volar pensando en mil cosas e imaginando miles de historias o cosas que me gustaría vivir o ya estoy viviendo pero no me doy el tiempo de pensar en ellas.
Ayer estaba ausente con la mirada perdida, mirando hacia un punto fijo y me preguntan: En que estas pensando? Y yo respondo: En hacer un blog (No es mentira, esta vez si lo voy a hacer).

Mi idea fue escribir un tipo de historia, en la que pueda seguir una secuencia... algo así como una 'serie virtual'.


 .LUCÍAnicolásGABRIELAdaniel.
Es la 'vida' entrelazada de Lucía, Nicolás, Gabriela y Daniel avanzando simultáneamente con la nuestra.
Espero colgar una nueva entrada cada 3 días. Estrenaré la primera lo antes posible.
Ojalá te guste y decidas seguirlo.

Ah una cosa! no se escribir así que esperen todas las faltas de ortografía y errores literarios posibles en esto.